vila rica

COMENTÁRIOS DA LIÇÃO DA ESCOLA SABATINA

PRIMEIRO TRIMESTRE DE 2021


Capítulo 8

¿TERMINO TU DURA ESCLAVITUD?

Isaías 40

La Segunda Guerra Mundial terminó oficialmente el 7 de mayo de 1945 en Europa. El Ministerio de Información de Gran Bretaña anunció que el día siguiente, martes 8 de mayo, sería un día festivo, llamado Día de la Victoria en Europa, que se conoce como el Día V-E.1 Después de años de "sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor",2 las emociones acumuladas explotaron de alegría. Más de un millón de personas acudieron a celebrar en las calles de Gran Bretaña, donde las multitudes de Lqndrél llenaron Trafalgar Square y todo el centro comercial, hasta el Palacio de Buckingham.

|HA TERMINADO!

Isaías 40 celebra el final de otro período de sufrimiento: " 'Consuelen, consuelen a mi pueblo', dice su Dios. Hablen al corazón de Jerusalén y díganle a voces que su lucha ha terminado, que su iniquidad ha sido quitada, que ha recibido de la mano del Señor el doble por todos sus pecados" (vers. i, 2, NBLA). ¡Ha terminado!

La palabra hebrea traducida como "lucha", en estos versículos, puede referirse a una hueste; es decir, un grupo grande, como un ejército; guerra, batalla o servicio militar; o a un trabajo forzoso obligatorio que uno se ve obligado a realizar (Job 7:1; 10:17; 14:14). Esta última idea parece ser la que se evidencia en Isaías 40:2: el trabajo forzado se cumple, lo que significa que su tiempo ha terminado.

¿Es Dios injusto al dar al pueblo de Jerusalén doble castigo por sus pecados? No. En la ley del Antiguo Testamento, la justicia requería que quienes cometían un robo debían pagar el doble; esto abarcaba tanto la restitución como una penalidad por el delito (Éxo. 22:4,7,9). Si un ladrón no podía pagar porque no tenía nada, "será vendido por su hurto" (vers. 3). En otras palabras, debía pagar su deuda con trabajo forzado. El pecado de Jerusalén era mucho más grave que el robo: había cometido asesinato e idolatría y había quebrantado el Pacto del Señor, por lo que merecía la muerte. Pero Dios la había sentenciado misericordiosamente a un mero doble pago, como si simplemente hubiera robado algo. No tenía los medios para pagar, así que él la había obligado a saldar la deuda con trabajos forzados.

¿Qué tipo de trabajo forzado estaba obligado a realizar Jerusalén? Isaías 40 no lo dice, pero el concepto de que toda la capital real de Judá estaría sujeta a este servicio humillante durante un período implica que el trabajo fue impuesto por una potencia extranjera que conquistó la ciudad (comparar con Deut. 20:11). Este poder no era Asiría, que no había logrado conquistar Jerusalén (Isa. 36,37), y el libro de Isaías solo menciona a Asiría una vez más (Isa. 52:4), en el contexto de la historia pasada.

Isaías 39 da una pista sobre la identidad del opresor extranjero: algunos príncipes de Judá serían llevados a Babilonia, donde servirían como eunucos en el palacio del rey de Babilonia (vers. 7). Anteriormente en el libro, el mensaje de juicio sobre Babilonia incluyó una promesa de que "Jehová tendrá piedad de Jacob [...] y lo hará reposar en su tierra" (Isa. 14:1). Esto implica que los babilonios los exiliarían, y el siguiente versículo menciona a "los que los oprimieron" (vers. 2). El siguiente versículo tiene un paralelismo sorprendente con Isaías 40:2, porque se refiere a que el Señor da a su pueblo "reposo" de su "temor, y de la dura servidumbre en que te hicieron servir" (Isa. 14:3).

El comienzo de Isaías 40 prepara el escenario para los siguientes capítulos, que culminan en el capítulo 66. Esta sección final del libro se centra principalmente en el consuelo y la restauración del pueblo del Señor después de su exilio. El consuelo se expresa en una oratoria poética exquisita y profunda, que es prácticamente inigualable en la literatura humana. El tema de la restauración contrasta con el énfasis anterior del libro en'el juicáo contra el pueblo de Dios. Su estilo literario presenta la repetición de palabras por énfasis (p. ej., Isa. 40:1), los paralelismos (p. ej., vers. 3,4), las preguntas retóricas (p. ej., vers. 12-14), muchas asonancias y aliteraciones (p. ej., vers. 3,4,6,9-12) y abundantes metáforas vividas e imágenes verbales (p. ej., vers. 3,4,6-11). La maravillosa calidad literaria sirve como un vehículo apropiado para transmitir los elevados conceptos de la mente y el corazón de Dios.

IMÁGENES DE LIBERACIÓN

Como en la música de Ludwig van Beethoven, el oratorio de Isaías está lleno de cambios dramáticos que captan la

atención y obligan al oyente a concentrarse en comprender de qué manera encajan las partes en una obra maestra coherente. Después de la proclamación introductoria en Isaías 40:1 y 2 ("Consuelen a mi pueblo"), se describen tres escenas que representan diferentes aspectos del tema del consuelo después del castigo. Cada escena es presentada o incluye una proclamación: versículo 3: "Voz que clama"; versículo 6: "Voz que decía: Da voces"; versículo 9: "Levanta fuertemente tu voz". *

La primera escena (vers. 3-5) comienza de la siguiente manera: "Una voz clama: 'Preparen en el desierto camino al Señor; allanen en la soledad calzada para nuestro Dios" (vers. 3, NBLA). Curiosamente, el paralelismo entre preparar el camino en el desierto y enderezar una calzada en el desierto muestra claramente que la puntuación en la versión Nueva Biblia de las Américas es correcta, en lugar de la versión Reina Valera 1960, que dice: "Voz que clama en el desierto: Preparad camino a Jehová". Es una imagen de preparación para que el Rey divino viaje a través de la tierra hacia su pueblo para revelar su gloria (vers. 5). La gloria de Dios representa su presencia y su poder divinos, incluido el poder de proteger a su pueblo (comparar con Isa. 58:8) y liberarlo de la opresión y la dura esclavitud.

El escenario de la preparación del camino es metafórico, pero ¿qué representa? Recibir la gloriosa presencia del Señor requiere pureza, por lo que debe haber una preparación de purificación para encontrarse con él (Isa. 4:3-5; comparar' con Éxo. 19:10, ii, 15; 30:17-21; Lev. 7:20,21; 16:4). En Isaías 4, "las inmundicias de las hijas de Sion" y las manchas de "la sangre de Jerusalén", (vers. 4) que deben ser lavadas se refieren a defectos morales (Isa. 2,3). El Señor purga estos pecadps, pero el remanente que permanece en Jerusalén y es llamado "santo" (Isa. 4:3) se habrá preparado para ello cooperando fielmente con él en su vida.

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Más adelante en la Biblia, Malaquias predijo qué el camino del Señor sería preparado por un mensajero especial (Mal. 3:i). Jesús explicó que este era Juan el Bautista (Mat. 11:10). Mateo 3:3 también aplica la profecía de Isaías 40:3 a Juan el Bautista: "Pues éste es aquel de quien habló el profeta Isaías, cuando dijo: Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas".

Esta puntuación tiene sentido en este contexto, porque Juan estaba "predicando en el desierto de Judea" (vers. 1).

Malaquias 4:5 y 6 predice otro mensajero, llamado "el profeta Elias", que prepararía el camino del Señor "antes que venga el día de Jehová, grande y terrible. Él hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres". Jesús aplicó esta profecía también a Juan el Bautista (Mat. 11:14; 17:11-13; Mar. 9:12,13), pero debe haber un cumplimiento adicional justo antes de la segunda venida de Cristo, en "el día de Jehová, grande y terrible".

De hecho, Apocalipsis 14:6 al 12 predijo que tres ángeles prepararían el camino de la venida del Señor, al entregar mensajes evangélicos qjje apelarían a todos los habitantes del planeta Tierra'a addrar solo al Creador y alentarían al pueblo de Dios "que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús" (vers. 12). Los mandamientos de Dios se basan en el amor (Mat. 22:37-40); la fe de Jesús, también (p. ej., Gál. 2:20). En esto, los conceptos de Apocalipsis 14:12 son similares al mensaje de Elias de reconciliación relacional (Mal. 4:5,6), que también se basa en el amor y está situado junto a un recordatorio para guardar los mandamientos de Dios (vers. 4). Jesús comisionó a sus seguidores para proclamar su evangelio (Mat. 24:14; 28:19,20). De esta manera nosotros, su pueblo del tiempo del fin, somos Elias y los tres ángeles, a quienes Dios ha confiado el asombroso privilegio y la responsabilidad de preparar el camino del Señor.

Hemos encontrado que las profecías de Isaías fueron dadas para guiar al pueblo de Dios en la antigüedad. Pero también contienen principios que reverberan a través de la historia de la salvación hasta el presente. Isaías ministró durante los últimos años del rey Uzías, quien murió en el año 740 a.C.; durante el reinado de Ezequías (ver Isa. 1:1); y probablemente al comienzo del reinado de Manasés, en los años 680 a.C. El exilio de Babilonia terminó en el año 530 a.C., casi un siglo y medio después de la época de Isaías. ¿Por qué Isaías abordaría eventos tan lejanos en el futuro, ministrando a generaciones aún no nacidas? Esas profecías prueban un concepto importante, que es muy relevante para nosotros como pueblo del Señor en el tiempo del fin: el Dios verdadero es único en el sentido de que conoce el futuro (Isa. 41:21-29; 42:9; 46:9-11; ver también más adelante en el capítulo 9). Por lo tanto, él tiene la sabiduría suficiente para guiar a su pueblo hacia el futuro, y sus promesas para nosotros seguramentese cumplirán. Entonces, aunque podamos pasar por tiempos difíciles, no debemos desesperarnos, porque el Señor estará con nosotros y nos guiará hasta que estemos a salvo (Sal. 23:4-6). Este tipo de esperanza que brindan los mensajes divinos de Isaías, Jeremías y Ezequiel sostuvo a un remanente de los exiliados babilónicos, para que no se dieran por vencidos ni abandonaran al Señor.

Los exiliados necesitaban confianza para el futuro, porque eran conscientes de lo efímero de su existencia. La segunda escena de Isaías 40 muestra que todos los seres de carne son como la hierba o las flores silvestres, que se marchitan y se desvanecen cuando "el viento de Jehová sopla" sobre ellos; "mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre" (vers. 7,8; comparar con Sal. 103:15-18). Este pasaje enfatiza la fugacidad de la vida humana y nuestra vulnerabilidad ante el poder divino, en contraste radical con la Palabra eterna de Dios. No solo puede hacer que nos marchitemos al lanzar un castigo sobre nosotros (comparar con Isa. 40:23, 24), sino además es totalmente capaz de restaurarnos. Él es compasivo y tierno con nosotros, recordando que somos polvo (Sal. 103:13,14), y su amor es eterno (vers. 17)..

La tercera escena de Isaías 40 está relacionada con la primera escena, en la que el Señor viene. Aquí Sion, o Jerusalén, se personifica como una reportera o presentadora de noticias (género femenino, en hebreo). Se le dice que ascienda a un monte elevado y notifique a gritos a las otras ciudades de Judá la buena noticia de que su Dios viene con fuerza poderosa para su beneficio, y de que él "como pastor apacentará su rebaño" (vers. 11). En los tiempos bíblicos, un monte era un lugar estratégico desde el cual hacerse oír, antes de la invención de los altavoces (Juec. 9:7). Aquí, se declara la buena noticia del favor de Dios para que todos la escuchen. Cuidará de su pueblo como un pastor provee para sus ovejas (comparar con Sal. 23).

Una vez que Jerusalén tuvo la seguridad de la liberación, debía ser enviado al resto del país el mensaje de que la ayuda divina estaba en camino, y de que sus problemas habían quedado en el pasado. Dios no solo es poderoso para salvar, sino también'es considerado y tierno en su forma de conducirnos. Un reyjss el pastor de su pueblo (comparar con 2 Sam. 5:2), y el Señor es el Buen Pastor supremo (comparar con Mat. 2:6; Juan 10:11-16).

LA INCOMPARABLE GRANDEZA DE DIOS

Para que nadie dudara de la capacidad del Señor para cuidar a su pueblo, el resto de Isaías 40 pone en perspectiva su grandeza (vers. 12-31). En primer lugar, una serie de preguntas retóricas enfatiza el hecho de que su conocimiento es vasto y no depende de ninguna otra fuente (vers. 12-14). Las naciones son pequeñas en comparación con él: son "como la gota de agua que cae del cubo" (vers. 15); "como nada son todas las naciones delante de él" (vers. 17), "cuyos moradores son como langostas" (vers. 22).

Por lo tanto: "¿A qué, pues, haréis semejante a Dios, o qué imagen le compondréis?" (vers. 18). La respuesta retórica correcta, obviamente, es nadie ni nada. Esta pregunta simultáneamente concluye los versículos anteriores e introduce los siguientes, que refutan la respuesta incorrecta: un ídolo que está configurado para que ni siquiéra pueda moverse (vers. 19,20). Para evidenciar la incomparabilidad de Dios, solo alcanza con mirar las estrellas. Él es el Creador de todo (vers. 26). Como Creador eterno que nunca se cansa, da fuerza a quienes esperan que él los ayude (vers. 28-31).

"Consuelen, consuelen a mi pueblo, dice su Dios" (40:1, NBLA). ¿Has aceptado y abrazado como un regalo su poderoso y tierno consuelo? ¿Terminó tu dura esclavitud?

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1  Gerald D. Swick, "V-E Day 1945: The Celebration Heard 'Round the World", Militory Times, 8 de mayo de 2019, https://www.m¡litaryt¡mes. com/off-duty/military-culture/2019/05/08/v-e-day-1945-the-celebrat¡on-heard-round-the-world/.

2  Winston Churchill, "Blood, Toil, Tears and Sweat", discurso a la Cámara de los Comunes del Reino Unido, 13 de mayo de 1940, International Churchill So-ciety, https://winstonchurchill.org/resources/speeches/1940-the-finest-hour/ blood-toil-tears-and-sweat-2/.