vila rica

COMENTÁRIOS DA LIÇÃO DA ESCOLA SABATINA

PRIMEIRO TRIMESTRE DE 2021


Capítulo 5

¿POR QUE CANTAR DE ALEGRÍA?

Isaías 9: 11,12 ( CB )

Uno de los momentos más emocionantes y alegres de la vida matrimonial es saber que un bebé está en camino. Se arremolinan toda clase de pensamientos: ¿Cuándo va a nacer el bebé? ¿Será niño o niña? ¿Cómo ¡o llamaremos? ¿Cómo cambiará nuestra vida? ¿Qué clase de persona llegará a ser?

DIOS CON NOSOTROS

Imagina la emoción y la alegría que trajo el anuncio del nacimiento registrado en Isaías 9: "Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz" (vers. 6).

El niño tendría no solo un nombre con un significado especial, como los hijos de Isaías, Sear-jasub y Maher-sa-lal-hasbaz (Isa. 7:3; 8:1,3), sino varios nombres asombrosos. Él cambiaría radicalmente, y para mejor, la vida de muchos, como un poderoso líder.

El niño de Isaías 9 se convertiría, literalmente, en "un consejero admirable" (o "admirable, consejero"); poseería la

sabiduría suprema para saber siempre qué se debe hacer en cualquier situación. En el mundo bíblico, un consejero podría ser un asesor de un rey (2 Sam. 15:12; Isa. 19:11), pero este niño sería el rey (Isa. 9:7), y tendría el poder de llevar a cabo sus sabias decisiones. En otras partes de la Biblia, la palabra hebrea para "admirable" [o maravilla] a menudo se refiere a algo fuera del ámbito de la posibilidad común, como un milagro que solo Dios puede realizar (p. ej., Éxo. 15:11; Sal. 78:12; Isa. 25:1). Otra palabra de la misma raíz hebrea aparece en Jueces 13:18, cuando el ángel (mensajero) del Señor le respondió a Manoa, el padre de Sansón, quien había preguntado por el nombre del ángel: "¿Por qué preguntas por mi nombre, que es admirable?"

Los siguientes dos nombres del niño en Isaías 9 son asombrosos: "Dios Fuerte, Padre Eterno" (vers. 6). Sería completamente blasfemo para un ser humano tener estos nombres, ¡a menos que el niño sea el Dios encarnado, el Creador y, por lo tanto, el mayor Padre de todos en forma humana! Nacería como un nuevo ser humano, el Hijo de Dios, pero su origen es "desde el principio, desde los días de la eternidad" (Miq. 5:2). Él sería el principal Emanuel, "Dios está con nosotros" (Isa. 7:i4).1 <

El Hijo sería el "Príncipe de Paz" (9:6). L¿ palabra hebrea traducida como "paz" implica mucho más que una ausencia de conflicto: incluye prosperidad, bienestar y seguridad. Este Líder traería bienestar, y establecería y mantendría su gobierno "enjuicio y en justicia" para siempre (vers. 7); a diferencia de los príncipes egoístas, injustos y corruptos de Jerusalén, a quienes Isaías había previamente descrito (1:23).

El Hijo divino reinaría para siempre como Rey "sobre el trono de David", continuando su dinastía. En lugar de presidir un reino cada vez más reducido, como lo habían hecho los descendientes reales de David, el nuevo Hijo tendría un Gobierno que aumentaría continuamente (Isa. 9:7).

IDENTIFICANDO AL NIÑO ADMIRABLE

Durante siglos, ningún líder logró equipararse ni de lejos a la descripción de Isaías. Finalmente, un descendiente de David nació en Belén (Mat. 2:1), la ciudad de origen de David (1 Sam. 16), cumpliendo la profecía de Miqueas, contemporáneo de Isaías (Miq. 5:2; Mat. 2:6). El Hijo fue "rey de los judíos" (Mat. 2:2). Su madre era virgen y su padre biológico era el Espíritu Santo; por lo tanto, fue literalmente el "Hijo de Dios" (Luc. 1:35) y "Emanuel", "Dios con nosotros" (Isa. 7:14; Mat. 1:23). Un ángel anunció su nacimiento como "nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo", porque él es "un Salvador, que es CRISTO el Señor" (Luc. 2:10,11). Entonces, una multitud celestial alabó a Dios: "¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!" (vers. 14). Este Jesús, quien "salvará a su pueblo de sus pecados" (Mat. 1:21), no puede ser otro que el divino y real Niño de quien habló Isaías, quien "fue hecho carne, y habitó entre nosotros" (Juan 1:14)

Cristo (en griego Christos, que significa "Ungido" o "Mesías", del hebreo mashiakh) comenzó su ministerio en la región de Galilea. Según Mateo 4:14 al 16, esto cumplió la profecía registrada al comienzo de Isaías 9:

Mas no habrá siempre oscuridad para la que está ahora en angustia, tal como la aflicción que le vino en el tiempo que livianamente tocaron la primera vez a la tierra de Zabulón y a la tierra de

Neftalí; pues al fin llenará de gloria el camino del mar, de aquel lado del Jordán, en Galilea de los gentiles. El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos (Isa. 9:1,2).

Las palabras "mas no habrá siempre oscuridad" contrastan con la descripción de aquellos desesperados que dependen de fuentes ocultas de conocimiento en vez de la palabra segura de Dios (Isa. 8:22). Es más, el hecho de que el Reino del Norte, Israel, no escuchara al Señor condujo a su conquista por parte de los asirios (2 ftey. 17:5-18). La primera zona de Israel en caer incluyó Galilea, con toda la tierra de la tribu de Neftalí (2 Rey. 15:29).

Siglos después, la penumbra de Galilea fue quebrada por una "gran luz" (Isa. 9:2), la "luz verdadera, que alumbra a todo hombre" (Juan 1:9). "Recorrió Jesús toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo" (Mat. 4:23). Ahora, la primera región que había caído cautiva era la primera en enterarse de la libertad a través de Cristo, quien estaba estableciendo su nuevo Reinq de los cielos en la Tierra. Ofreció la paz del bienestar personal y social, como lo demuestra su ministerio de curación y su enseñanza de los principios divinos (p. ej„ Mat. 5-7). Es más, este Príncipe de Paz vino a establecer la "paz con Dios" a través de su propio sacrificio (Rom. 4:25-5:1; comparar con Heb. 7:27; 9:26). La venida del Niño nacido para nosotros y en nuestro favor sería el principio del fin de las fuerzas de las tinieblas.

UN NUEVO DAVID

El Señor eligió a David, el hijo menor de Isaí, para ser ungido como rey sobre Israel (1 Sam. 16). Con la bendición

y la protección divinas, David superó grandes obstáculos para derrotar a los enemigos del pueblo de Dios y construir ; un poderoso imperio. David cometió algunos errores graves (especialmente 2 Sam. 11; 24), pero en general, gobernó fiel y justamente según los principios divinos (1 Rey. 3:6; 9:4).

La dinastía davídica se deterioró durante los siglos siguientes, hasta que'llegó a equipararse con un simple "tronco de Isaí" (Isa. 11:1), en lugar de un magnífico árbol frutal (Dan. 4). Esta situación suena como el final de la historia. Pero no: incluso un tronco, o un tocón, puede albergar una nueva vida. Como el Señor le dijo a Isaías acerca de su país, que sería devastado como un árbol que se tala, "el tocón de Israel será una semilla santa" (Isa. 6:13, NTV).

Isaías 11 predice el surgimiento de Alguien que sería como David:

Saldrá una vara del tronco de Isaí, y un vás-tago retoñará de sus raíces. Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová (vers. 1, 2).

No sería simplemente otro descendiente de David, sino que vendría "del tronco de Isaí", lo que implica que es un nuevo David. Sería justo y fiel al Señor, siguiendo principios justos para emitir juicios en beneficio de los pobres y los vulnerables. Pero destruiría a los impíos (vers. 3-5). Su papel como Juez que destruye al impío lo identifica como un Rey (comparar con Sal. ioi:5,8).

David ejerció su poder a través de la fuerza militar y política, pero el vástago que saldría del "tronco de Isaí" "herirá la tierra con la vara de su boca, y con el espíritu de sus labios matará al impío" (Isa. 11:4) ¿De quién podrían ser las palabras que pudieran tener un impacto tan grande?

Esto suena a poder divino. Tan sorprendente como su poder divino, la apacibilidad de su liderazgo finalmente se extendería incluso a la naturaleza. Los animales depredadores dejarían de comer especies más débiles; es más, coexistirían inofensivamente con ellas (vers. 6-9). Si esto puede llegar a ser realidad, implica que especialmente los seres humanos dejarán de aprovecharse unos de otros, y ya no habrá conflictos (comparar con Isa. 2:4).

"Acontecerá en aquel tiempo que la raíz de Isaí, la cual estará puesta por pendón a los pueblos, será buscada por las gentes; y su habitación será gloriosa" (Isa. 11:10). Este versículo se refiere al mismo período en que reinaría el "vástago del tronco de Isaí" (vers. 1); es decir, un descendiente de Isaí. Pero aquí, en el versículo 10, a la misma Persona se la llama, paradójicamente, "la raíz de Isaí", lo que revela que es el antepasado de Isaí. El hecho de que las naciones se sientan atraídas a buscarlo indica que él es una fuente de consejos sabios reconocida internacionalmente (comparar con Isa. 2:2-4).

Resumamos las características del nuevo David: un Rey descendiente de Isaí y, por lo tanto, de David, sobre quien descansa "el espíritu de consejo" (11:2), quien posee poder divino, quien también es un antepasado de Ispí y de David, y quien trae la paz. Estos atributos se ajustan a la descripción del Niño anunciado por Isaías 9, quien gobernaría para siempre "sobre el trono de David" (9:7).

Por lo tanto, la profecía mesiánica de Isaías 11 también debe señalar a Jesucristo. Esto se ve confirmado por Romanos 15:12, donde Pablo aplica la profecía de Isaías de "la raíz de Isaí" (Isa. 11:10) a Cristo. En Apocalipsis 19, de la boca de Uno llamado "EL VERBO DE DIOS".(vers. 13), quien es Cristo (comparar con Juan 1), "sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro" (Apoc. 19:15; comparar con Isa. 11:4). En Apocalipsis 22:16, Jesús se autodenomina "la raíz [antepasado] y el linaje de David".

complementario

Después del mensaje de esperanza de Isaías 11, Isaías 12 irrumpe en un canto de alabanza: "Cantaré a ti, oh Jehová; pues aunque te enojaste contra mí, tu indignación se apartó, y me has consolado. He aquí Dios es salvación mía; me aseguraré y no temeré; porque mi fortaleza y mi canción es JAH Jehová, quien tía sido salvación para mí" (vers. i, 2).

Este es nuestro canto también. La ira justificada de Dios contra nosotros por nuestras ofensas y rebelión se ha desvanecido, y él es nuestra salvación porque "un niño nos es nacido, hijo nos es dado" (Isa. 9:6). "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna" (Juan 3:16).

¿Por qué cantar de alegría? ¡Cómo no vamos a cantar!

61

1  Para profundizar en los vínculos entre la profecía de Emanuel de Isaías 7:13 y 14 y la de Isaías 9:6 y 7, ver Jacques B. Doukhan, On the Woy to Em-

maus: Five Major Messlanic Prophecies Explamed (Clarksvllle, MD: Lederer Books, 2012), pp. 88, 89.